Un poco absurdos quizás (aunque para mí, con terrible sentido), escritos desde un lugar que ni idea tengo de dónde queda. Estoy allí, entre otras cosas y entre otros lugares que también habito.
Tiempo no newtoniano; no el simple y común delay que produce la Mary, sino un tiermpo otro, alterno. ¿Posiblemente el de otra dimensión? Mmhhhh [*].
*.- ¿Hmhhh y punto?, ¿no mmhhh y puntos suspensivos, sino a secas, mmhhh y punto? He aquí, por primera vez en mí, la sospecha en carne viva. No la sospecha y acto seguido, el suspenso que invita a develar el misterio. ¡No! La sospecha y punto; así de oscuro e irrevelable quiero mantener al misterio. Mmmhhh.
Me siento como si con todo el cerebro encima. Quiero decir, con la clara y distinta conciencia de todas y cada una de las actividades habituales del coco. Sensación abrumadora; experiencia intrasferible en su alta carga de emocionalidad. Todo el cerebro junto; bruto elefante. Al unísono vuélvenseme conscientes todas las actividades cerebrales: la parasimpática, la muy antipática racional, la solterona del quinto C -que vive de recuerdos-, la repinguda lingüistica literaria que me permite esta retórica, la gastronómica que cocina mientras se me antojan estas cosas, la mecánica que me impulsa a bajar las escaleras, ... de una u otra manera, también la erótica.
No hay caso, las drogas sacan afuera lo que ya hay adentro. ¡Oia!, ¿y estas víboras retorciéndose en el piso? No tienen pinta de tenias saginatas ni parecen muy solitarias. ¡Vaya enredo de pieles opacas y esmeraldinas! Si muerden, jamás llegarán estas líneas. ¡No morderán! ... no ... ¡auch!
¿En qué momento debo volver a cocer las espinacas? La pascualina, sola, no se va hacer. Habré de amasar; un falso hojaldre con bastante maizena y manteca: Cristo, Buda, Lao Tsé, uno al ladito del otro, pero crujiendo por separado. Comme il faut.
_ Son perros, ¡qué tanto!; dijo Ariana, mi vecina, después de pedirme que le recibiera a la perra luego de su paseo con el muchacho que amuchados los lleva -a Valentina y a nueve perros más-, ida y vuelta, hasta el parque. Se tenía que ir apurada a lavar los trastos para volverlos kosher antes de su shabat. ¡Perros, sí!, me dije cuando la largué luego de pagarle al grandote; pero no idiotas morales como algunos de sus dueños. Había que verla, pobrecita, dándole y dándole a la patita para que le abrieran la puerta de la que hoy no será su casa ... Ahora duerme.
El ser no es una cosa; el ser actividad. ¿O no quedamos en que el amor era un verbo? Lo que hay, no se agarra ni se apropia; se ejerce. Los hombres activando, la mujer, reaccionando, como la Luna a continuación del Sol. El machismo es la exageración del varón, como el feminismo, su pretendida anulación. Armonía; el agua fluye, y el lecho da cauce; cada cosa en su lugar.
No; no convido. Muy fuerte. |